“¿El ángel o el demonio del Gobierno?”

Ante la Ley, Igualdad es el principio que reconoce a todos los ciudadanos capacidad para los mismos derechos.
"Artículo 18. Ministerio de Igualdad.
Corresponde al Ministerio de Igualdad la propuesta y ejecución de las políticas del Gobierno en materia de igualdad, lucha contra toda clase de discriminación y contrala violencia de género (...)"

De nuevo el sr. Rodríguez y su “nueva cara”, la sra. Aído andan haciendo políticas pedestres repletas de paradojas, cómo en la Odisea de Homero, el Ministerio de Igualdad, creado por dioses caprichosos, que con cantos de sirenas ejercen su encantamiento desviando la atención de la sociedad de aquellos temas sobre los que nuestro gobierno no desea debate. Pero los antojos prolongados se convierten en desmanes y excesos.

El balance que realizó el citado ministerio tras 100 primeros días de Gobierno, hablaba de las inversiones realizadas enfocadas a la lucha contra la violencia de género, decía de sí mismo, haber impulsado desde diversos caminos la igualdad en todas sus formas. Y yo me pregunto querido presidente, ¿igualdad lingüística?, ¿igualdad entre Comunidades Autónomas?, ¿igualdad de oportunidades? la respuesta es sencilla, NO.

Cuando reflexionaba sobre este asunto, tuve la necesidad de consultar el diccionario de la Real Academia Española, y efectivamente, entre las muchas, ahí se encontraba la definición que adecuada del joven y novedoso ministerio: “edificio en que se hallan las oficinas de cada departamento ministerial”, un edificio, que sin duda, nos sale caro.

Por el cómputo evaluativo que se realizó de esos primeros días de gestión, he decir, que a la nueva finca del mandatario Zapatero, de la que alardeaba bajo la joven sonrisa de Bibiana, argumentando que no todo eran cifras y datos, testimoniando que también se había presentado un informe sobre el Plan Nacional de Sensibilización y Prevención de la violencia de género y otro sobre la evaluación de los 3 años de la entrada en vigor de la Ley Integral contra la Violencia de Género; me permito un matiz, Amnistía Internacional presenta su informe “Obstinada realidad, derechos pendientes”, sugiero que se eche un ojo al presentado por el Ministerio de Igualdad, publicado en su página web según contempla la Ley en la disposición adicional undécima; qué manera de mirarse el ombligo¡

Pero parece que este carácter de autocomplacencia es ya, un precepto que interfiere en la responsabilidad del Gobierno, y desprestigia con su público pavoneo la actividad política. Esto que escribo, no es más que una nota a pie de página sobre la virtualidad del Estado de Derecho.

Que la memoria histórica, el anuncio de la nueva ley del aborto y la demagogia de algunos políticos, no nos hagan perder la memoria reciente, alejándonos de la realidad.

El teatro del Hemiciclo

Hoy he estado en el Congreso de los Diputados, en tribuna, en silencio, un silencio forzado al distinguir la apatía, la indiferencia o la incapacidad de los diputados al ejercer su papel como representantes de los ciudadanos. La democracia es un procedimiento de resolución de diferentes posturas en nuestro esquema gubernamental, y es únicamente ahí dónde encuentra su razón de existir. Pero esta mañana, ratifico aquello de lo que todos somos conocedores, que el juego parlamentario no es más que eso, un juego insensato de propuestas inciertas y réplicas irónicas; un teatro público dónde la atención de los diputados es imperceptible, no porque mis lentes oculares me impidan observarles, sino por su inexistencia; en definitiva, un agravio a la ciudadanía mediante actitudes parlamentarias de desidia y desinterés.

Vivimos en un entorno político e institucional que general y tristemente resulta completamente ajeno a la mayoría de los españoles. Es por ello, necesario modificar y mejorar un liberalismo degenerado, consiguiendo así, que los ciudadanos ejerzamos la soberanía que nos corresponde, no mediante un sufragio castrado que pocas alternativas nos ofrece por su infecunda representatividad, por hacer una mención, me remito a los Plenos en el Congreso, repletos de florituras insustanciales dónde los diputados, aquellos que tienen por virtud la puntualidad, permanecen sentados, algunos conversando con el de al lado, otros leyendo algún periódico nacional (o no, quién sabe de qué ámbito o calidad es lo que tienen entre las manos), o bien navegando por la red, se disponen a permanecer en la sala durante no mucho tiempo; pues llegadas las interpelaciones, el salón no cuenta con más del quince por ciento de los asistentes inaugurales.

Si a esto le sumamos, la disciplina de voto a la que se deben sus señorías, hacen que el Parlamento Español sea una burla de la democracia. Una instrucción absurda, dónde se apoyan o no, propuestas sin haber sido tan siquiera escuchadas; una disciplina dónde el sentido común y el criterio político están debilitados por la fidelidad incondicional que una lealtad malentendida que otorga absolutismo a directrices preestablecidas por los diferentes grupos parlamentarios. Ha llegado el momento de profundizar en la regeneración, abogando por el cambio, las listas abiertas, dónde la partidocracia deje de ser, para dar paso a la elección de cada candidato, no siendo una competencia exclusiva de los partidos políticos, y fomentando de este modo, el esfuerzo, criterio y trabajo de los elegidos, democratizando a su vez la vida interna de los partidos. Seguro que entonces no veríamos ojos cerrados, ni tedio, y la Cámara estaría llena de intenciones argumentadas, iniciativas estudiadas y propuestas reales.

La calima de Zapatero

España está llena de grandes pensadores, pero decir que Zapatero o Corbacho forman parte de ellos, roza lo risorio; suspender la contratación en origen o el "se aproximará a cero" la revisión de la contratación de trabajadores en el extranjero, no deja de ser una medida puramente divulgativa, que acallará las voces de quiénes se han dejado embaucar por la irresponsabilidad del gobierno en los últimos años permitiendo que en nuestro país se extienda el racismo y la xenofobia. Cómo es posible que sigamos a disposición de la aleatoriedad de políticos sin respuestas, ayer aceptamos inmigrantes, hoy no, y mañana qué? Me pregunto si no son estas intenciones arbitrarias, que lejos de plantear argumentos sostenibles, dictan opiniones fugitivas de un gobierno que miente y desmiente sintiéndose libre de censura.


Ya son muchas voces las que se oyen en el estruendoso silencio que Zapatero pretende reflejar, diciendo que nuestro Presidente es un experto en las artes de la distracción, alejando las miradas de la profunda crisis económica en la que España, particularmente se ve inmersa, hacia debates populares como la polémica Ley del Aborto, o el censo de desaparecidos de la Guerra Civil impulsado por Baltasar Garzón, y tan defendido por la corporación socialista, entre otros por el Ministro Bermejo, iniciativa ésta, que serviría para compensar el fracaso de la Ley de Memoria Histórica.


Hoy me preguntó cómo acabará el año la voz triunfalista de nuestro Presidente, si su insaciable y poco argumentado discurso positivista seguirá aduciendo alborozo desenfadado en lugar de medidas juiciosas y responsables para afrontar una situación de recesión económica, dejando de sustituir ésta, con óbolos como el 6% de incremento en las pensiones mínimas con el que pretende abducir a la población española, alejándonos de la realidad y manifestando satisfactoriamente que “es mi forma de responder a las dificultades”; tendremos que esperar satisfechos a qué nos insta en el próximo año 2009, cuando éste comience con cifras desorbitadas de desempleados, qué será del basamento social que le brindó su apoyo en los pasados comicios, seguirá exhibiendo su arboladura en pro de una irreal imagen del partido socialista y en contra de las necesidades comunitarias.

Septiembre, difícil rumbo a la cotidianidad

Con la vuelta al colegio y la cotidianidad por rumbo, este septiembre se convierte en una quimera para los residentes españoles, el PSOE parece estancarse esperando un armisticio universal, que les de un respiro para no tener que afrontar la dura situación económica. Por otro lado, los ciudadanos tendremos que conformar nuevas disciplinas y elaborar bajo consenso familiar estrategias para superar lo que pasa de ser un inconveniente a un profundo trance de nuestras economías domésticas. Severo e incierto esfuerzo es el que han de poner en práctica quiénes no fueron conscientes de la recesión que España estaba respirando, y en la que nos íbamos a ver sumidos durante largo tiempo; cada vez más acoquinadas con la falta de carácter de un gobierno que lejos de elaborar alternativas reales, con el trabajo conjunto de todos los grupos políticos que representan a los ciudadanos en el Parlamento, opta por la demagogia pública obviando la demanda ciudadana de criterios resolutivos, de metodologías y pautas sustanciales que dotaran de posibilidades la calidad de vida de ciudadanos, algo que les habría conferido credibilidad pese a la picaresca utilizada por algunos de sus portavoces.

Titulares de periódicos nacionales dejan patente el incremento de los precios, un colegio público costará un promedio de 528 euros, uno concertado, 783 euros y los privados, 1.164 euros; por otro lado, el paro en creciente subida durante todo este año, llega a cifras disparatadas no alcanzadas hacía más de diez años, llegando a desvelarse el dato de 2,55 millones de personas sin empleo; el peso de los bienes de primera necesidad en la cesta de la compra que dispara su valor: el progresivo encarecimiento de las hipoteca, la indiscutible falta de rigor del Gobierno al elaborar los presupuestos generales del Estado 2008, dónde no tuvo en cuenta el escenario obvio del que nuestra sociedad estaba siendo advertida. Pero los premeditados intereses electorales cerraron la puerta a alternativas que dieran respuesta y previeran acciones reales para afrontar una situación que marcará la historia de nuestro país, por la falta de profesionalidad y, me permito añadir, honradez.

La habilidad del gobierno en su discurso político nacional sobre la actual crisis, parece estar en declive, hoy, los profesionales de la esfera mediática precisarán de algo más para convencer a la población de de su imaginaria “buena gestión”. Lamento recordar la entrevista publicada en El País en enero de este año, dónde el ex ministro Jesús Caldera afirmaba que la legislatura de Zapatero había sido la legislatura del empleo, y ésa era la mejor forma de hacer el país; y cuándo una semana antes de los comicios, admitía que los datos del paro del mes de febrero fueron negativos, asegurando a su vez que "en un futuro próximo" se recuperaría "la senda de la creación de empleo". Ayer me escandalizaba y hoy me indigno ante aquellas manifestaciones casi populacheras, preguntándome qué definía como “futuro próximo” el Sr. Caldera, tal vez, y sólo tal vez, fuese consciente que ya no tendría que volver a dar más explicaciones públicas sobre la tasa de desempleo, cómo responsable de un Ministerio.