Arrodillada ante la noche, es estereotipo de una sociedad concebida servil. Así nos quieren, inconscientes y consecuentes con el humo que nos venden, pero llega un momento turbador, y al atisbar la verdad, volvemos a redescubrirnos y a sabernos impetuosos y enérgicos, revolucionarios… porque el único refugio es ser coherentes y no dejarnos ahogar pensando que nada puede transformar cualquier presente.
A veces hay que desvelar secretos de sueños muertos, que nacieron marchitos para no hacernos inmunes a nuestra propia existencia. No voy a pintarme de de frivolidad para superar las carencias de otros; no quiero aprender a vivir sensiblemente emocionada sin llegar a entender el por qué.
Creo en una ciudadanía diferenciada que sea activa y participativa, sin imposiciones, pero con conciencia para fomentar el fortalecimiento de su posición política y su visión social.
Creo en el pluralismo, el uso del diálogo reforzando la formación de organizaciones o agrupaciones constitucionales.
Reniego del poder arbitrario que genera bases burócratas clientelares que aparentan disponer de fórmulas de participación y debate pero únicamente buscan meros útiles instrumentales.